“De todos modos debo admitir, como se ha confirmado en la reciente Visita Apostólica, que la visión pastoral llevada adelante por Usted no siempre era conforme a la exigencia pastoral de la Iglesia como tal. Por tal motivo, el nuevo Administrador Apostólico tendrá que organizar el Vicariato e implantar de manera diferente todo el trabajo pastoral. Para no impedir en este delicado servicio su organización, la Congregación considera oportuno que después del nombramiento del nuevo Administrador Apostólico, Vuestra Excelencia deje el Vicariato Apostólico trasladándose a un lugar diferente, si fuese posible, a su país de origen.”
Trecho de la Carta del Cardenal Iván Días, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, a Monseñor Gonzalo López Marañón OCD.
¿Quiénes son los gestores de todos los males que pasan en Sucumbíos? ¿los heraldos o los isamitas?
Los heraldos son un accidente en todo esto y además, ya no están más. No nos interesa saber si tienen devoción a su fundador, si les gustan las artes marciales o si son pelucones. Además, la opinión de ex miembros vale tanto cuanto la de los ex sacerdotes que apoyan a Isamis. No tiene valor.
Los isamitas no son gestores “de todos los males”, pero sí del mal principal: de haber secado la espiritualidad del pueblo y dado a cambio la droga de una falsa religión y ateísmo práctico, veneno para las almas muchísimo peor de lo que es el petróleo para nuestros ríos y selvas.
Que los isamitas no distraigan a sus huestes con fábulas sensacionales. Que enderecen su camino y arreglen el descalabro que han producido. Que se pongan en armonía con la Iglesia Católica.
¿Quiénes son los gestores de todos los males que pasan en Sucumbíos? ¿los heraldos o los isamitas?
Los heraldos son un accidente en todo esto y además, ya no están más. No nos interesa saber si tienen devoción a su fundador, si les gustan las artes marciales o si son pelucones. Además, la opinión de ex miembros vale tanto cuanto la de los ex sacerdotes que apoyan a Isamis. No tiene valor.
Los isamitas no son gestores “de todos los males”, pero sí del mal principal: de haber secado la espiritualidad del pueblo y dado a cambio la droga de una falsa religión y ateísmo práctico, veneno para las almas muchísimo peor de lo que es el petróleo para nuestros ríos y selvas.
Que los isamitas no distraigan a sus huestes con fábulas sensacionales. Que enderecen su camino y arreglen el descalabro que han producido. Que se pongan en armonía con la Iglesia Católica.
Publicado el 12 de octubre de 2012
