QUITO. Cuatro personas fueron detenidas el pasado jueves por supuesta vinculación en el negocio de explosivos para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Con la detención de cuatro sospechosos y la incautación de gran cantidad de dinamita, fulminantes explosivos y mecha lenta, la noche del jueves la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado (ULCO) culminó casi un mes de investigaciones sobre una banda organizada dedicada a comercializar ilegalmente explosivos, municiones y uniformes militares.
Los seguimientos en el caso se iniciaron al recibir una denuncia, que informaba de la existencia de explosivos en el interior del tercer piso de la casa S9-13 en las calles General Píntag y Húsares, sector de la Magdalena, sur de Quito.
Fue en esa dirección que cerca de 20 agentes de diferentes grupos especiales de la Policía, apoyados de canes antiexplosivos, desplegaron un operativo que se inició a las 19:30. Al ingresar al desarreglado departamento se encontró a Flavio Erazo Dávalos, Renzo Herrera Ojeda, Jesús Silva Escobar y Jorge Álvarez Ormaza.
Una vez que se sometió a los sospechosos, los canes antiexplosivos empezaron a registrar el inmueble. Pocos minutos demoró y uno de los perros entrenados se sentó frente a un armario. Esa señal significaba que en el sitio había explosivos.
La sorpresa fue grande cuando al abrir las puertas se halló varios cartones con 166 tacos de explogel III, 50 metros de mecha lenta, una pieza pequeña de mecha lenta enrollada y tres cajas con 340 cápsulas o fulminantes no eléctricos, con el logotipo de Famesa Explosivos.
“Habían tacos de dinamita cubiertos con papel y juntados con la mecha lenta. Ese tipo de empaque no necesitaba de mucho para estallar”, dijo uno de los agentes de la ULCO. Con la evidencia, los detenidos fueron llevados hasta la Policía Judicial, para la audiencia por delito de tenencia de explosivos.
En la diligencia Herrera, propietario del departamento allanado, aseguró que José Rojas, quien es denunciante en el caso, fue la persona que encargó esas cajas. El procesado señaló que Rojas dejó el cargamento la tarde del lunes último y que jamás le comentó de qué se trataba. Los restantes, tres involucrados, adujeron que llegaron a ese lugar a tomarse unos tragos.
El teniente Xavier Toapanta, experto en explosivos de la Policía, explicó que era suficiente un taco de dinamita para volar toda la sala de audiencias. Al escuchar esa información, el juez Santiago Coba ordenó que se retire del lugar la evidencia.
Según la ULCO, el grupo negociaba entregas en Ecuador con miembros enviados por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Por la frontera
Los envíos de municiones, explosivos o uniformes eran camuflados en transportes, que llevaban fruta podrida o pulpa a Carchi y Sucumbíos. Una vez en las localidades como La Bonita o Julio Andrade, integrantes de las FARC se encargaban de pasar la mercadería a Colombia.
Antecedentes
Lo incautado era la cuarta parte del cargamento que se estaba negociando con las FARC. Los detenidos registran detenciones anteriores.
EL UNIVERSO - Sábado 24 de diciembre del 2011 - Seguridad
Con la detención de cuatro sospechosos y la incautación de gran cantidad de dinamita, fulminantes explosivos y mecha lenta, la noche del jueves la Unidad de Lucha Contra el Crimen Organizado (ULCO) culminó casi un mes de investigaciones sobre una banda organizada dedicada a comercializar ilegalmente explosivos, municiones y uniformes militares.
Los seguimientos en el caso se iniciaron al recibir una denuncia, que informaba de la existencia de explosivos en el interior del tercer piso de la casa S9-13 en las calles General Píntag y Húsares, sector de la Magdalena, sur de Quito.
Fue en esa dirección que cerca de 20 agentes de diferentes grupos especiales de la Policía, apoyados de canes antiexplosivos, desplegaron un operativo que se inició a las 19:30. Al ingresar al desarreglado departamento se encontró a Flavio Erazo Dávalos, Renzo Herrera Ojeda, Jesús Silva Escobar y Jorge Álvarez Ormaza.
Una vez que se sometió a los sospechosos, los canes antiexplosivos empezaron a registrar el inmueble. Pocos minutos demoró y uno de los perros entrenados se sentó frente a un armario. Esa señal significaba que en el sitio había explosivos.
La sorpresa fue grande cuando al abrir las puertas se halló varios cartones con 166 tacos de explogel III, 50 metros de mecha lenta, una pieza pequeña de mecha lenta enrollada y tres cajas con 340 cápsulas o fulminantes no eléctricos, con el logotipo de Famesa Explosivos.
“Habían tacos de dinamita cubiertos con papel y juntados con la mecha lenta. Ese tipo de empaque no necesitaba de mucho para estallar”, dijo uno de los agentes de la ULCO. Con la evidencia, los detenidos fueron llevados hasta la Policía Judicial, para la audiencia por delito de tenencia de explosivos.
En la diligencia Herrera, propietario del departamento allanado, aseguró que José Rojas, quien es denunciante en el caso, fue la persona que encargó esas cajas. El procesado señaló que Rojas dejó el cargamento la tarde del lunes último y que jamás le comentó de qué se trataba. Los restantes, tres involucrados, adujeron que llegaron a ese lugar a tomarse unos tragos.
El teniente Xavier Toapanta, experto en explosivos de la Policía, explicó que era suficiente un taco de dinamita para volar toda la sala de audiencias. Al escuchar esa información, el juez Santiago Coba ordenó que se retire del lugar la evidencia.
Según la ULCO, el grupo negociaba entregas en Ecuador con miembros enviados por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
Por la frontera
Los envíos de municiones, explosivos o uniformes eran camuflados en transportes, que llevaban fruta podrida o pulpa a Carchi y Sucumbíos. Una vez en las localidades como La Bonita o Julio Andrade, integrantes de las FARC se encargaban de pasar la mercadería a Colombia.
Antecedentes
Lo incautado era la cuarta parte del cargamento que se estaba negociando con las FARC. Los detenidos registran detenciones anteriores.
EL UNIVERSO - Sábado 24 de diciembre del 2011 - Seguridad 
