Pais
En Quito se hacían armas de la guerrilla colombiana de las FARC
Viernes, 17 de Agosto de
2012
Dos meses de
investigación y seguimientos tomó a los agentes de la Unidad de Lucha Contra el
Crimen organizado (ULCO), grupo élite de la Policía Nacional, para dar con la
ubicación de una fábrica de armas clandestina en la capital.
En la vivienda de tres pisos, ubicada en las calles Núñez de Balboa Oe2 – 206 y Juan de Piñas, la Policía encontró todo tipo de maquinaria industrial que era utilizada para elaborar armamento de largo alcance, pistolas cortas y municiones de uso prohibido, como son las balas Dum Dum, letales por su alto poder destructivo. Un agente de la ULCO, que prefirió no revelar su identidad, explicó que las investigaciones realizadas en las operaciones básicas de inteligencia revelaron que el arsenal ya fue negociado a miembros del frente 48 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). El gendarme agregó también que no se descarta la posibilidad de que el propietario de esta fábrica clandestina haya realizado negociaciones pasadas con el grupo insurgente al que estaba destinado el armamento. Abastecedor del hampa Asimismo, el agente indicó que, dentro de la fábrica, se habría estado forjando pistolas que luego iban a ser destinadas a organizaciones delictivas que operan en todo el país. Agregó que la captura del sospechoso fue el primer paso para desmantelar toda una red de tráfico de armas. “Tenemos identificados a compradores y distribuidores en otras provincias”, dijo el gendarme sin precisar cuáles. El operativo Con la orden de allanamiento y en presencia de funcionarios de la Fiscalía, a las 16:00 del miércoles, la Policía ingresó al inmueble en donde se encontraba el hoy detenido vistiendo un overol azul que, al parecer, utilizaba en el taller de armas. El implicado, quien fue trasladado a las dependencias de la Policía Judicial de Pichincha (PJP), alegó, durante el operativo, que estaba siendo víctima de un abuso por parte de las autoridades, pues, según dijo, contaba con todos los permisos para la actividad que ejercía. Sin embargo, la fuente policial aclaró que el hoy procesado sí contaba con un permiso otorgado por las FF.AA., pero que este había caducado en abril pasado. Dentro del inmueble, los uniformados encontraron una subametralladora, que, de acuerdo con el oficial, ya fue negociada a las FARC en 2 mil 200 dólares. También hallaron cinco pistolas, cuyo precio estaba pactado en mil 500 dólares al mismo grupo subversivo. “Las armas estaban escondidas bajo sillones, envueltas en franelas y ocultas en esquinas en un garaje de la casa. Además encontramos municiones de todo tipo”, narró. El agente también precisó que la casa estaba tan bien adecuada para esta actividad, que incluso contaba con una habitación como un polígono de tiro, en donde, presuntamente, se realizaban las pruebas de las armas fabricadas. 2.200 dólares les costó a las FARC una de las armas encontradas. 5 pistolas fueran halladas. País de tráfico Respecto a este hallazgo, Ricardo Camacho, experto en seguridad, explicó que en Ecuador no existe la suficiente tecnología como para fabricar subametralladoras del tipo que apetecen los miembros de grupos irregulares. Dijo que un arma de estas características no se puede elaborar con “dos tornos y cuatro tornillos”, sino que se requiere de una tecnología de punta, que no cuentan ni en la fábrica de armas de las Fuerzas Armadas de Santa Bárbara. Sin embargo, el experto recalcó que esta falta de logística no significa que el Ecuador no sea país de tráfico para que el arsenal llegue a manos de miembros de grupos insurgentes. “Lo que se elaboran en los laboratorios clandestinos son armas de baja monta que son distribuidas entre la delincuencia común o guardias de hacienda”, indicó Camacho. |