domingo, 10 de febrero de 2013

Preguntas que nos hacen

¿Podrá el Cardenal João Braz de Aviz encontrar una solución… y poner orden dentro de la Casa?
El Decreto "Perfectae Caritatis" nos recuerda que
"la adecuada adaptación y renovación de la Vida Religiosa
comprende a la vez el continuo retorno a las fuentes de toda vida cristiana
y a la inspiración originaria de los Institutos,
y la acomodación de los mismos, a las cambiadas condiciones de los tiempos". (1)
 
Y en la exhortación apostólica postsinodal "Sacramentum Caritatis"
el Papa recuerda una vez más que "los consagrados y las consagradas,
incluso desempeñando muchos servicios …,
saben que el objetivo principal de su vida es la contemplación de las cosas divinas
y la unión asidua con Dios.
La contribución esencial que la Iglesia espera de la vida consagrada
es más en el orden del ser que en el del hacer". (2)
 
En este punto las vidas de los Beatos cuya canonización será aprobada por el Papa en el Consistório del día 11 de febrero, serán un ejemplo de lo que la Iglesia siempre ha enseñado.
La primera Santa colombiana será elevada a los altares el 18 de mayo de 2013. La Beata Laura Montoya Upegui, en religión Laura de Santa Catalina de Siena, quien fundó las "Misioneras de María Inmaculada y Santa Catalina de Siena", apoyada por Mons. Maximiliano Crespo, Obispo de Santa Fé de Antioquia (Colombia).
Estando en la Basílica de San Pedro en el mes de noviembre del año 1930, después de una viva oración eucarística escribe: "Tuve fuerte deseo de tener tres largas vidas: La una para dedicarla a la adoración, la otra para pasarla en las humillaciones y la tercera para las misiones; pero al ofrecerle al Señor estos imposibles deseos, me pareció demasiado poco una vida para las misiones y le ofrecí el deseo de tener un millón de vidas para sacrificarlas en las misiones entre infieles! Mas, ¡he quedado muy triste! y le he repetido mucho al Señor de mi alma esta saetilla: ¡Ay! Que yo me muero al ver que nada soy y que te quiero!".
La Madre Laura centra su Eclesiología en el amor y la obediencia a la Iglesia. Vive para la Iglesia a quien ama entrañablemente, y para extender sus fronteras no mide dificultades, sacrificios, humillaciones y calumnias.
¿Cuál era el Proyecto Pastoral Indígena que tenía en vista la Beata Laura Montoya, la fundadora de las "Hermanas Lauritas" que cuidan en el Vicariato de Sucumbíos de la Pastoral Indígena?
 
Veamos: "la Congregación se fundó y creció al lado de los indígenas que viven en medio selvático (luego se abrió hacia los negros... donde reinaba la ignorancia religiosa). Es pues nuestro elemento, trabajar con todos aquellos que no poseen la fe, o se hallan en condiciones de degradación social y religiosa".
 
Y la Madre Laura, la Fundadora, en el Directorio de la Congregación es más explícita: "los trabajos deben hacerse siempre y exclusivamente para dar o cimentar la fe: "Para que la Santa Fe llegue a los que no la conocen aunque vivan en las selvas y aunque pertenezcan al demonio por la superstición y la idolatría".
 
Lo dijo su Fundadora Doña Laura Montoya, colombiana, nacida el 26 de mayo de 1874 en Jericó, Antioquia.
 
¿Qué dicen hoy en día sus "hijas"? – Nos parece que es la antítesis de su carisma y vocación.
 
Veamos lo que dicen las que se llaman sus "hijas espirituales": "... los indígenas. Estos pueblos siempre han tenido su propia religión, su propia teología (sic) y sus formas de expresión a través de símbolos, ritos, vida familiar (sic), social, comunitaria y de sus relaciones con la naturaleza".
 
Pueden sonar a palabras bonitas, que enredan una realidad más complicada, como vamos a ver a continuación, leyendo un poco más de su actual "Proyecto Pastoral": "En muchos grupos indígenas aún persisten sus propios jefes espirituales: sacerdotes, hamanes, jaibanaes, quienes animan, orientan y regulan las relaciones de la comunidad con el Ser Supremo (sic, sic), con la naturaleza y con ellos mismos. El mundo espiritual indígena es muy rico y complejo".
 
Tan complejo, realmente, que estas "lauritas" han perdido el rumbo de lo que les advirtió su Fundadora, no acreditan en sus advertencias y confunden el "Ser Supremo", que para nosotros católicos es el Unico Dios Verdadero y para esos pobres idígenas, que todavía no han sido bautizados, "ricos en teología", es el demonio, del que ya les advertia la Madre Laura, la Fundadora.
 
Repetimos: "los trabajos deben hacerse siempre y exclusivamente para dar o cimentar la fe: "Para que la Santa Fe llegue a los que no la conocen aunque vivan en las selvas y aunque pertenezcan al demonio por la superstición y la idolatría".
 
La "Pastoral Indígena" de estas "pseudoreligiosas" de la Beata Laura entra en un terreno complicado, pues si es verdad que quedan todavía indígenas que no fueron catequizados por los verdaderos misioneros que hubo antes de la llegada de Fray Gonzalo OCD, el Capitán de la "teología de la liberación" en esa amazonia ecuatoriana, se ven obligadas a reconocer, y hasta a defender, las desigualdades naturales que los indios conservan, cuando para ellas en la civilización cristiana las desigualdades orgánicas que la sociedad formó hay que destruirlas, incluso con la violencia. Y de ahí, su apoyo a las guerrillas marxistas que se expandieron por toda América.
 
Dicen las actuales "lauritas": "Generalmente su teología (sic) implica una serie de creencias en seres superiores e inferiores, junto a héroes culturales, espíritus sagrados y profanos, árboles y animales míticos que actúan y tratan de explicar los misterios del universo, del "Ser Supremo" y de sí mismos".
 
Se nos hace difícil acreditar que esto haya podido ser escrito por religiosas lauritas. Universidades europeas donde se inventó la llamada "teología de la liberación", inventaron también la "teología indígena", para quienes no existe un Dios Verdadero, sino que todos los "dioses" están en la misma dimensión horizontal. Veamos hasta donde llega este pensamiento:
 
"Mundo que permite al indígena las vinculaciones necesarias con los dioses en un equilibrio espiritual, lo cual asegura a su vez el equilibrio entre el bien y el mal. Como nosotros tenemos (¡ATENCION!) un Antiguo Testamento, el del pueblo hebreo, así mismo los pueblos indígenas tienen su historia y religión".
 
Según esta versión de la Historia, la Iglesia Católica ha estado muy confundida enseñando que Dios creó Adán y Eva, de donde surgió toda la humanidad. La idea de "pecado original" hay que acabar con ella, pues los indígenas son otra cosa aparte. La propia Fundadora estaba influenciada por creencias que dominaban en su época, pero ahora todo es diferente...
 
Y, ¿por qué siguen llamándose Lauritas? Si así piensan, tan diferente a la Beata Laura Montoya, ellas deberían formar otra "congregación". Quizás, es una sugerencia, "las llamanes de la amazonía". O las "gonzalitas", en homenaje a Fray Gonzalo, que durante 40 años destruyó el trabajo evangelizador de sus mayores carmelitas y de otras órdenes religiosas.
 
¿Será que en la Nunciatura no tienen suficiente personal para informarse de estas aberraciones? ¿Y nuestros queridísmos señores Obispos, con todo el amor y respeto que les debemos, no conocen lo que se enseña y se pone en práctica en el territorio que Dios ha puesto bajo su gobierno para la salvación de las almas?
 
La "teología" de Isamis, la "pastoral" de Isamis, hace años que no es más católica. ¿La "moral" de Isamis seguirá siendo católica? Si el modelo de "vida familiar" es el de los indígenas de la selva…, ¡verdad es que en algunas casas religiosas conviven bajo el mismo techo hombres y mujeres que llevan --pues hasta San Pablo lo llevaba-- el aguijón de la carne!, consecuencia del "pecado original".
 
El Cardenal Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, desde el 4 de enero de 2011, Monseñor João Braz de Aviz, brasileño, elevado al Cardenalato el 18 de febrero de 2012, ha participado en Roma en el IX Encuentro Vida Religiosa, que los religiosos claterianos organizan en lengua española.
El tema de este año era el libro escrito por un padre de la Congregación fundada por San Antonio María Claret en el último cuarto del siglo XIX.
Los problemas que la Congregación tiene que enfrentar no son pocos, bien lo sabemos. Pero, la verdad parece indicar que, muchos de esos problemas tendrían solución si los miembros de los Institutos volviesen a sus orígenes, como recientemente lo ha indicado el Papa.
Redescubrir el carisma fundacional fue la invitación hecha por el Papa Benedicto XVI a los miembros del Consejo Ejecutivo de las Uniones Internacionales de los Superiores y Superioras Mayores, reunidos en el Vaticano para reflexionar sobre "algunos aspectos particularmente actuales e importantes de la Vida Consagrada".
"Todos advertimos que en la sociedad moderna globalizada -dijo el Papa- cada vez es más difícil anunciar y testimoniar el Evangelio. (...) El proceso de secularización que avanza en la cultura contemporánea no ahorra, desgraciadamente, ni siquiera a las comunidades religiosas".
El Santo Padre señaló "la crisis debida al envejecimiento de sus miembros y a una disminución, más o menos acentuada de las vocaciones, e incluso a un "cansancio" espiritual y carismático".
Con el deseo de ayudar en esta tarea que el Papa urge a todos los católicos, aseguramos al Cardenal Prefecto nuestras oraciones por el buen éxito de sus gestiones al frente de tan difícil Congregación.NOTAS:
(1) Concilio Vaticano II, 28.10.1965, n. 2.
(2) Benedicto XVI, 22.2.2007, n. 81.