miércoles, 15 de febrero de 2012

San Miguel de Sucumbíos dejado de la mano de Dios y de la Santa Sede

MADRID, 15 de febrero de 2012 - INFORMA PRESS SUCUMBIOS.- Sigue repercutiendo el nombramiento del nuevo Administrador Apostólico para el Vicariato de San Miguel de Sucumbíos. El conocido blog español "La Cigüeña de la Torre", del abogado y periodista Francisco José Fernández de la Cigoña, publica hoy una carta enviada por un especialista en asuntos eclesiásticos, y no deja de hacer también sus picantes comentarios.
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En algunos puntos vamos a ponderar o corregir algunas informaciones, que conocemos por habernos tocado vivir aqui todo lo que se relata.
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Vamos al Blog:
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Este es el texto de Don Antonio Lasierra comentando un extraño nombramiento del Bolletino de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
"El pasado día 10 por la tarde, a la hora en que creemos que no va a salir nada en el "Bolletino", se publicó el nombramiento, como nuevo administrador apostólico del vicariato, del Vicario Apostólico emérito de Napo.
"Recordemos los hechos. Al obispo López Marañón, OCD, se le aceptó la renuncia el 30-10-2010 (NOTA: aclaramos que en este día se realizó aqui en Nueva Loja el cambio de jurisdición. Los carmelitas pasaban el comando del Vicariato a la Sociedad Clerical de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli, rama sacerdotal de los Heraldos del Evangelio. La ceremonia, con la presencia del Señor Nuncio, del Presidente de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, y de otros Obispos, terminó con un efusivo abrazo entre Monseñor López, OCD, y Monseñor Rafael Ibargurem, EP).
Se nombró a un administrador sin carácter episcopal, Rafael Ibarguren, de los Heraldos del Evangelio (NOTA: lo que constó en la ocasión era que se trataba de la Sociedad Clerical de Vida Apostólica Virgo Flos Carmeli).
Como el "antiguo régimen" recibió al nuevo Administrador con manifestaciones y asonadas, en marzo de 2011 se nombró Delegado Pontificio a Mons. Polivio Ángel Sánchez Loayza, Obispo de Guaranda. (NOTA: el motivo no fueron las muestras de desagrado de los pocos seguidores de la anterior administración carmelita. El motivo verdadero fue que siendo Mons. Rafael Ibarguren extrangero, y no estando todavía debidamente registrada y aprobada por el correspondiente Ministerio ecuatoriano la Sociedad Clerical -los Heraldos si estaban registrados, desde hacia muchos años-, los carmelitas a través del español Anastasio Gallegos, que es asesor -sic- del gobierno Correa, consiguieron que el gobierno declarase que no reconocía juridicamente al nuevo Administrador. Razón por la cual el Vaticano nombró un Delegado Pontificio, ecuatoriano, para resolver los asuntos administrativos y jurídicos del Vicariato; quedando Monseñor Rafael Ibarguren, encargado de la Pastoral y administración de los Sacramentos). 
Y sorprendentemente hace cuatro días, casi de tapadillo, se nombra Administrador Apostólico al Obispo Paolo Mietto, CSI, Vicario Apostólico Emérito de Napo. O sea que San Miguel de Sucumbíos lleva, en menos de año y medio, cuatro Ordinarios. Más o menos como el "Atleti" en tiempos de Gil, don Jesús. ¿Será por la pasión futbolística del Cardenal Secretario de Estado?"
Comenta el señor Fernández de la Cigoña:
San Miguel de Sucumbíos es un Vicariato Apostólico, la Iglesia piensa que no le ha llegado el momento de ser Diócesis, al que un pobre hombre, el carmelita descalzo español Mons. López Marañón, (de la Provincia de Burgos) embarcó en la línea liberacionista más radical (durante 42 años). Auxiliado por algunos hermanos de hábito españoles, lo del hábito es ciertamente una metáfora, tenía aquello como unos zorros.
En Roma, donde ni debían tener muy claro donde estaba ese Vicariato, pensaron que, ya con los años cumplidos el Vicario Apostólico, era hora de acabar con el desmadre. Y, primer error, nombraron un nuevo Vicario sin carácter episcopal. Heraldo del Evangelio.
La aceptación de la renuncia del carmelita fue desautorizadora (NOTA: ver la Carta del Cardenal Dias, Prefecto en la época de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos). Se le mandaba que dejara Ecuador y se volviera a España. Pero el desautorizado y sus corifeos no se resignaron con la decisión Pontificia y se la montaron al nuevo Vicario. Con respaldo del presidente de la República de Ecuador (NOTA: el señor Rafael Correa se ha declarado "católico de la teología de la liberación". Quién llevó la "voz cantante" fue el vice-canciller, un uruguayo perteneciente en su época estudiantil al movimiento Tupamaro, Kintto Lucas, quién declaró repetidas veces que no se permitiría que hubiese agitaciones en la zona fronteriza con Colombia, pues se consideraba un lugar de máxima seguridad para el Estado. Por eso las "tomas" de dos o tres iglesias, entre ellas la Catedral -en construcción desde hace 15 años- fueron organizadas por los agentes carmelitas para crear un pretexto para que el gobierno interviniese. Y fue lo que aconteció en mayo 2011). 
Los fieles del vicariato, en su mayor parte, se mostraron felices de recuperar la religión y se las tuvieron firmes con los seguidores, bastante más escasos, del emérito y sus carmelitas. Más algún sacerdote diocesano (NOTA: sólo había cuatro). La situación de enfrentamiento evidentemente no es lo ideal para ninguna Diócesis ni para un Vicariato y ante la que se había montado el Administrador Apostólico, Heraldo del Evangelio, renunció el nombramiento (NOTA: lo puso a disposición de la Santa Sede y se pasó seis meses esperando la decisión final. Los Obispos ecuatorianos, muy divididos en materias ideológicas y "pastorales" presionaron al Nuncio. Y el Cardenal Dias, que organizó la mudanza, ya se había jubilado). Sin duda por el escaso apoyo de Roma alarmada por el trifostio que se montó. (NOTA: la Agencia EFE española, por medio de su corresponsal Víctor Gómez, del grupo carmelita y uno de los invasores de la Radio Diocesana, bombardeaba repetidamente con noticias que daban a entender la existencia de una tensión, que aqui no la notábamos).
Se encomendó entonces el Vicariato a otro Obispo ecuatoriano (NOTA: el mismo Delegado Pontificio, sin nuevo nombramiento), que bastante tenía con la Dócesis propia, hasta que el día 10, con nocturnidad y no diré que con alevosía, se nombra un nuevo Administrador Apostólico del Vicariato. (NOTA: más curioso todavía: el nombramiento llevaba fecha del 5 de diciembre, y solo se dió a conocer el 10 de febrero. Los carmelitas y sus agentes no querían aceptar este nombramiento y debió de haber un "tira y afloja" hasta llegar a alguna combinación con el gobierno Correa. Los carmelitas, que acabaron siendo expulsados de Sucumbíos, aunque siguen actuando por aquellas "selvas", querían que se nombrase a Monseñor Saldava, capuchino, de la misma linea que Fray Gonzalo. En su Vicariato están "trabajando" al menos dos carmelitas de los que estaban en Sucumbíos).
Digo con nocturnidad porque los nombramientos episcopales aparecen en el Bolletino habitualmente entre las doce y las trece del mediodía. Y cuando digo habitualmente quiero decir que en el 99% de los casos. El 10 de febrero hubo una "continuación" vespertina con el nombramiento del josefino italiano Mons. Paolo Mietto como Administrador Apostólico de San Miguel de Sucumbíos.
Nombramiento verdaderamente extraño aunque no único en la Iglesia. Recientemente ocurrió algo parecido con la Diócesis francesa de Córcega.
¿Quién es Mons. Paolo Mietto? Pues un Obispo a punto de cumplir los 78 años a quien el 11 de junio de 2010 se le aceptó la renuncia del también Vicariato Apostólico del Napo (Ecuador) por haber cumplido la edad reglamentaria. Extraña repesca de un Emérito. Si estaba en buenas condiciones de gobernar un Vicariato se le pudo prorrogar en el Napo y si se pensaba que ya tenía más que merecido un descanso no se entiende como se le manda al avispero de Sucumbíos.
Todo rarísimo. Estoy seguro de que Don Paolo no es la persona indicada, por su edad, para resolver el desaguisado de Fray López Marañón. Del que todavía se recuerda su esperpéntica huelga de hambre en Quito en defensa de su fracasada pastoral. Y en abierta crítica a Roma.
Sólo discrepo levemente de mi admirado Don Antonio Lasierra en su comentario final. Cierto que del Cardenal Bertone se puede esperar cualquier cosa pero no siendo salesiano Mons. Mietto esto debe ser cosa de Propaganda Fide y no de Secretaría de Estado.
Todo es un despropósito. Como para hacer sucumbir la fe en Sucumbíos. ¿Fue un error nombrar al Heraldo? Pues a exigir responsabilidades a quien lo propuso. ¿Fue acertado? Pues a mantenerlo. Lo demás es una especie de vodevil eclesiástico impresentable.