jueves, 17 de noviembre de 2011

Continua la Violencia de Isamis: ahora contra la Radio Bolivar

NUEVA LOJA, 17 de noviembre de 2011 - INFORMA PRESS SUCUMBIOS.- Los hechos se repiten, ¡no al 100% claro está! Al tomar conocimiento de la noticia que transcribimos recordamos a nuestros lectores que el alcalde Poma salió del grupo "isamita" y trabajó en la Radio Diocesana del Vicariato de Sucumbíos, más conocida en nuestros días como "Radio Mentiras, la compañera solitaria".

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Son los métodos que aprendieron con Isamis y su Capitán Fray Gonzalo, OCD. Es lo que hicieron en mayo en la Radio del Vicariato, invadida por los isamitas, cuando la justicia de Nueva Loja iba a devolverla a sus legítimos propietários. ¡Usaron la violencia! Y luego les acusaron al Administrador Apostólico y a los misioneros Heraldos del Evangelio de promover la violencia, el desorden, y hasta intervino la "isamita" señora gobernadora, doña Nancy Morocho, para poner "orden" y exigir la salida de los misioneros del Papa.

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Ahora no creemos que tendrán a quién acusar. Como la Radio Bolivar debe ser considerada de la "oposición", la más escuchada en la capital, debieron de querer callarla. Pero los comerciantes de los alrededores se lo impidieron. Nos unimos a las voces que piden Justicia.

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AQUI LA NOTICIA DEL VOCERO SUCUMBIENSE

noviembre 17, 2011 - pág 9 Hechos

http://www.elvocerosucumbiense.blogspot.com/

Policía municipal asalta y  destroza, instalaciones de Radio Bolívar

Nosotros no íbamos a permitir que la policía municipal, continúe destrozando las instalaciones de la Radio y golpeando al Dr. Moreno. Corrimos a favorecerlo, pero cuando llegamos los municipales salieron en precipitada carrera, gracias a la Policía Nacional se salvaron de ser linchados por la turba furiosa de comerciantes. Según información reservada, filtrada a los Medios de Comunicación,  supimos que en una reunión de “Duros del Buró político de Alianza País”  estos respaldaron la acción agresora del Director de Servicios Públicos, Manuel Ibarra y más bien sugirieron que este tiene que enjuiciar a los medios de comunicación que se solidarizaron con la Radio.
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Lago Agrio.-Todo comenzó porque en la programación regular de la Radio, las esposas de los policías municipales perjudicados, llamaron indicando que los superiores de sus maridos, habían entregado dotación de uniformes, pero solo a un selecto grupo, mientras que los marginados no fueron favorecidos con las prendas, al parecer el aludido que realizó la entrega  le molestó y se dirigió a la Radio a solicitar un espacio para replicar y no fueron aceptados sus reclamos, porque el programa ya estaba terminando.
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“Esa fue la causa que el señor Manuel Ibarra se enfureciera y comenzó a destrozar la puerta, romper vidrios de las ventanas y destruir todo lo que estaba a su paso en compañía del Comandante de la Policía Municipal, hasta que los comerciantes del Centro Comercial 11 de Marzo y Ave Fénix entraron en acción y pusieran en aprietos a los municipales,  quienes tuvieron que fugar del lugar antes que el populacho los linche”.
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La Policía Nacional tuvo que proteger a los municipales y sacarlos del lugar para evitar que esto trascienda a mayores consecuencias y termine en actos que lamentar. Luego del rescate de los municipales los trasladaron hacía la Comisaría Nacional,  en donde firmaron un acta de mutuo acuerdo; a la firma llegaron un grupo de Asesores del alcalde Poma, quienes con presión impusieron el texto a su voluntad,  para la elaboración de dicho documento. Esta información no es cuento ni invento, está recogida de los informes y testimonios de quienes presenciaron el incidente y están dispuestos a declarar ante las autoridades competentes.
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Notas del Editor José Cadena: Las autoridades competentes sabrán determinar, luego de las investigaciones, que sin duda alguna consideramos que serán imparciales, cuál o cuales son  inocentes o  culpables; nosotros lo único que hemos hecho es solidarizarnos con el compañero Comunicador Social, ante este bochornoso acto de prepotencia y alevosía; el mismo que jamás puede volverse a repetir y jamás nos podrán callar.