El regreso de los carmelitas a Sucumbíos
incentiva a sus “organizaciones sociales”
a continuar la lucha contra la Iglesia.
Vuelven a recurrir a los poderes civiles
para que intervengan en asuntos meramente religiosos.
¿Hasta cuándo se seguirá oyendo a este grupito de rebeldes vociferantes?
A falta de argumentos y de apoyo popular y social
en las comunidades religiosas, intentan movilizar
a los partidos de la izquierda revolucionaria
que apoyan hoy en dia al poder en la provincia.
NUEVA LOJA, 16 de mayo de 2011 – INFORMA PRESS SUCUMBIOS.- La asistencia a la Misa dominical en todas las comunidades católicas del Vicariato sigue en aumento después de la Semana Santa. Las celebraciones litúrgicas vuelven a tener belleza y se revisten de la sacralidad propia a los misterios que se realizan.
Los fieles vuelven a tener confianza en sus sacerdotes y la práctica sacramental aumenta. Esta es la opinión que hemos podido recoger en las varias comunidades que visitamos este fin de semana. La paz y la tranquilidad se han establecido de nuevo en las familias cristianas. Y con certeza, se reflejará rapidamente en todo el ambiente social.
La única nota discordante que pudimos apreciar fue en un grupo disidente que acampa en las inmediaciones de la Catedral, y que encuentran en las ondas radiales de la emisora del Vicariato – que continúa invadida – la resonancia que se va perdiendo en las profundidades de la selva amazónica.
Si bien que todos indican a los sacerdotes Edgard Pinos y al carmelita Jesús Arroyo, OCD, como los autores de la nueva convocatoria a la lucha y a la rebelión, un manifiesto anónimo se repartía en la Catedral. Lo firman “las organizaciones sociales de Sucumbíos”. El grito anónimo que se proclama y pontifica ser el heraldo de la rebelión.
Ahora convocan para una marcha hasta Quito para exigir al gobierno que expulse a los nuevos misioneros enviados por el Papa. Y cuál es el motivo que alegan: el desorden que ellos mismos están intentando criar y promover. Es la táctica marxista vieja que ya se conoce en Sucumbíos; fue lo que llevo a los moradores de la provincia a pedir a los Obispos de Ecuador y al Papa que acaben, por amor de Dios, con todo este desorden promovido por los carmelitas de Mons. Gonzalo López, OCD.
Cuando todo parecía resuelto, y comienza a estarlo cuánto a la práctica religiosa, quieren ahora – aprovechando los resultados confusos del pasado referendum o Consulta – agitar en el campo político, “politizando a Dios” en lugar de intentar convertir al César. Y los carmelitas rebeldes no deben estar al margen de esta iniciativa. Al menos asi lo da a entender la publicación oficiosa que ellos mantienen en su blog de Isamis.
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