Y siempre, estar en casa, acaba siendo más agradable. Las lluvias recientes, que como siempre acaban trayendo desgracias a los ribereños, hacen que el calor aumente. Y la humedad sube a límites de record. Por eso decidimos salir un poco y tomarnos el agua de un "coco" helado. El cuerpo se refresca y la mente queda mejor dispuesta para seguir "no entendiendo" el por qué de tanto misterio a respecto de las soluciones encontradas por nuestras preclaras autoridades eclesiásticas.
Después de la última reunión del Delegado Apostólico, Mons. Polibio, con los "isamitas", clero y "asociaciones populares", nos parece lógico que Mons. Polibio no quiera saber nada más de Sucumbíos. Bastante tiene con su Diócesis de Gualanda, como para meterse en este conflicto creado por los seguidores de Monseñor Gonzalo López Marañón, OCD.
Pero de la reunión de Roma seguimos sin saber nada. Es de imaginar que no se volverá a lo que había antes. Y los misioneros del Papa buscarán otros lugares donde seguirán haciendo el bien, sin verse a todo momento insultados y agredidos por gente muy organizada y dispuesta --con apoyo del gobierno-- a no dejar que la Iglesia pueda evangelizar. Y que sigan creciendo, al menos numéricamente, las sectas, inclusive entre los indios, donde las apostasías han sido marcantes.
El "coco" helado nos ha dejado sin voz. Y cortamos la pluma. Estaremos atentos al sonar del teléfono o al internet, que todo lo sabe.
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