miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un poco de “ciencia fiction” mientras comiamos una “pizza”

ROMA, 6 de septiembre de 2011 – INFORMA PRESS SUCUMBIOS.- Nos encontramos paseando al anochecer por la Fontana de Trevi, después de haber entrado rapidamente en el Panteón, y como el hambre nos estaba royendo el estómago, decidimos entrar a cenar una “pizza” en el primer restaurante que apareció delante de nuestros ojos. En esa región romana, por el gran número de turistas que la recorren, no faltan los restaurantes de todas las categorías y precios.

Sentados en la mesa, después de haber esperado por lo menos media hora hasta que el camarero nos atendiese, y casi a punto de marcharnos, llegó nuestra hora. Pedimos “pizza”. Había que decidir entre un gran número de variedades. La queríamos con queso, y basta. Menos mal que teniamos delante nuestro una botella de vino, suave, pero de buen paladar. Tuvimos que esperar otra media hora, por lo menos, hasta que nos trajeran la tan codiciada “pizza”.

Y la comimos rapidamente, creo que más bien por causa del hambre, que porque nos satisfaciese plenamente. Pero quedamos satisfechos. Y pudimos conversar bastantes cosas a respecto de las visitas que habiamos hecho por la ciudad y sobre las esperanzas que nos habían conducido a Roma desde el fondo de la selva amazónica. Nadie, creo, desconfiaría que eramos unos turistas preocupados por el futuro de nuestra “iglesia local”, sin querer conocer todas las maravillas que la ciudad Eterna conserva, a pesar de los saqueos y revoluciones que tantas reliquias hicieron desaparecer.

A pocos metros de nuestra mesa había otro grupo de personas que también estaban comiendo su “pizza”. Claro que nos llamó la atención, porque algunos estaban con su camisa clerical, que conversaban animadamente, riendo sin miedo. Uno de los “personajes” parecía hablar con mayor precisión, pues todos cayaban para oirlo y concordar con las cabezas las afirmaciones que hacia. Después se descontrían nuevamente. Y asi iban entreteniéndose entre sorbos de cerveza y pedazos de “pizza”.

Claro que nosotros, latinoamericanos, más intuitivos, y curiosos, con nuestras características indígenas, que todos llevamos en las venas, procurábamos adivinar cual sería el tema que trataban; y quienes serían los comensales vecinos.

Esta última curiosidad fue fácil de conocer. Le preguntamos al camarero, quien nos respondió que era gente de la Curia Romana, y frecuentemente iban a comer “pizza” en ese “famoso” ristorante. Imaginense como nuestros ojos se abrieron. Y sobre todo los oidos… Queríamos saber de que hablaban, pues parecía que uno de ellos usaba el español, mezclado con el italiano, que nosotros no llegábamos a entender.

La palabra “ecuador” nos pareció oirla claramente. Estábamos a punto de levantarnos para acercarnos a la mesa de los curiales y preguntar claramente si habían participado de las reuniones que se estaban celebrando esos días sobre la situación y el futuro del Vicariato de San Miguel de Sucumbíos… cuando se adelantaron a nosotros, pagaron su cuenta y salieron un poco precipitadamente, como si hubiesen descubierto nuestras intenciones y quisieran evitar un encuentro que podría no resultarles conveniente por el momento.

Terminamos nuestra “pizza”, y un poco desanimados por nuestra indecisión y falta de iniciativa, fuimos a dormir, por el medio de unos turistas que nada tenían de preocupaciones religiosas y que solo querían gozar su vida.

Seguiremos buscando las noticias, pues hasta el momento nada sabemos. Ni siqiera si el Administrador Apostólico fue convocado para las mismas o si ya lo han dejado de lado definitivamente. Y se buscan otras soluciones. “Juego limpio” y paz en Sucumbíos a los hombres que aman a Dios.